miércoles, 29 de junio de 2011

Los que faltan

Por Pablo Elián Carrasco*

Comenzaron los juicios a los represores del V Cuerpo del Ejército en Bahía Blanca. Para los familiares de víctimas del terrorismo de estado bahiense y para los militantes de los derechos humanos en esa ciudad, la oración con la que comienza este artículo tiene la fuerza de una vida. El inicio de estos juicios ha atravesado por largas dilaciones, jueces excusados, procesados prófugos y, sobre todo, ha llevado más de 25 años de lucha, en los que la opinión pública bahiense no ha acompañado con claridad.

En el acto de acompañamiento al inicio de los juicios, Enrique Gandolfo, titular de CTA Bahía Blanca, señaló que “Bahía no es solamente esa ciudad reaccionaria, sede de un diario fachista, como generalmente se la describe. Ambas cosas son ciertas pero también hay otra Bahía, la de la lucha obrera en Ingeniero White en 1907. La Bahía de los cinco mil obreros ferroviarios. La que resistió el golpe del ’55. La que el 30 de Mayo de 1969 paralizó la ciudad un día después del Cordobazo. La de Loyola y Heinrich, entregados a la dictadura por la patronal de La Nueva Provincia.”

Gandolfo permite ir más allá de la celebración de estos juicios. La importancia de este proceso iniciado el martes radica en la centralidad que tienen los juicios en la lucha por la construcción de la identidad bahiense, puja que marca los límites de lo posible/decible en esta ciudad.

El acto fue seguido por militantes de los derechos humanos, de partidos políticos y por estudiantes. Pero no estaba allí la clase media bahiense no organizada y, sobre todo, no estaban allí las clases populares bahienses. El campo de emergencia generado por la dictadura militar está aún actuando en esta ciudad. La complicidad civil y la indispensable complicidad mediática del diario local, desde el 24 de Marzo del ’76 hasta hoy, ha contribuido enormemente a ello, delimitado una serie de prácticas, una serie de subjetividades y una serie de reglas de exclusión que explican esas ausencias en el acto. El dispositivo represivo de la última dictadura militar no sólo desapareció a miles, sino que continuó actuando mediante otros dispositivos de disciplinamiento y producción de subjetividades que llegan hasta hoy. Faltan aquí aquellos que fueron secuestrados y desaparecidos, falta aquí gran parte de su generación, atemorizada o indiferente, y faltan aquí los que vivieron su juventud en los ’90.

El desafío para esta ciudad ya no pasa por lograr condenas a los culpables de delitos de lesa humanidad, que seguramente se logren, sino por constituir, a partir de los jóvenes, nuevos sujetos comprometidos masivamente con la lucha por los derechos humanos. Bahía Blanca carece de un progresismo activo, partidario o apartidario, que logre articular esa identidad con prácticas visibles en la arena pública. No hay unión entre una serie de ideas políticas progresistas, entre ellas el rechazo a la última dictadura militar, y una serie de prácticas relativas, entre ellas la presencia en las marchas del 24 de Marzo o actos como el del inicio de los juicios.

Esas luchas producidas en la ciudad, que bien enumeraba Gandolfo, no forman parte del fondo de memoria colectiva de sus ciudadanos, y deben hacerlo. Lo actuado por los medios locales, por la clase política, junto a un enorme hueco generacional producido por la represión, dan como resultado una sociedad que, salvo en los últimos años, ha carecido de manifestaciones culturales que permitan construir memoria. Además, la universidad es una usina de técnicos para las industrias locales, produciendo una falta de estudios sociales locales sistemáticos en el ámbito de la Universidad, pero sobre todo, produciendo una falta enorme de formación de jóvenes ligados por una memoria común en la que las luchas resaltadas por Gandolfo deben ser centrales.

En los dos primeros días de juicio, el pasado martes y miércoles, se produjo la lectura de los llamados requerimientos del fiscal. En la secuencia de los casos no sólo ha quedado clara la sistematicidad con la que se realizaban los secuestros, torturas y desapariciones, sino también el rol fundamental e indispensable jugado por el diario local La nueva provincia. Según consta en la causa, al modus operandi de la represión se le sumaba la producción de acontecimientos noticiosos en los que las muertes se “legalizaron”. En la lectura que da inicio al juicio se suceden los casos en los que los cuerpos son trasladados a una esquina en la que se simula un enfrentamiento entre los llamados “elementos subversivos” y las fuerzas del ejército. El círculo se completa con la participación necesaria del diario, donde se relataban los supuestos enfrentamientos en los que, luego del fuego cruzado y la resistencia de los “subversivos”, el personal del ejército lograba abatir a todos sin sufrir un solo rasguño. Las responsabilidades civiles deberán ser puestas sobre la mesa en un futuro no muy lejano. Es condición indispensable para la justicia, y sobre todo, es condición indispensable para la construcción de nuevos sujetos bahienses que nos permitan dejar de pensar en la ciudad del viento como una ciudad reaccionaria.

* bahiense, periodista, tesista de la Lic. en Comunicación, UBA.

Detalles sobre los juicios: http://thecuadernos.blogspot.com/2011/06/juicios-por-delitos-de-lesa-humanidad.html

Ni los perros

Ni los perros están acostumbrados a ver tal muchedumbre en Bahía Blanca. Apretada, bulliciosa, expectante. El frio de Julio se combate con organización, hace falta agolparse, juntarse. Ese frio que distancia todos los días, hoy sirve de excusa para ponerse hombro a hombro. En los bordes están los jóvenes, han llegado a esta calle tras incipientes militancias, custodiando al centro de una muchedumbre apretada, cartel en mano, que mira hacia la escalinata del edificio de la Universidad donde se lleva adelante el juicio, como hacia un escenario en el que el único show posible parece ser un gendarme intentando sacar un perro distraído.

Hoy comenzó en Bahía Blanca el juicio a 19 represores que actuaron durante la dictadura en el V Cuerpo del Ejército. Uno de ellos, Miguel Ángel García Moreno se profugó un día antes del comienzo del juicio. El proceso ya conoce de prófugos: el procesado Corres escapó de una comisaría local hace tres años, no sólo para escapar a la justicia sino para recordar que llegar a un juicio es el resultado de un proceso de intensas pujas: ida y venida de jueces, artilugios legales y prófugos.

8:15, dieciséis enchalecados policías custodian la entrada junto a una precaria valla sobre Colón 80. Hace mucho frio, la radio dice que 4 grados. Un hombre baja de su edificio y me pregunta de qué se trata, le digo que se juzgan a los represores de la última dictadura, parece aceptarlo sin interés y sigue su camino.

Los perros no entienden de qué se trata. Corren excitados entre la gente que ocupa el asfalto, sin comprender qué es este montón de personas: “¿es una amenaza, me darán de comer?”, imagino que piensan. En Bahía Blanca ni los perros están habituados a las manifestaciones. Bahía Blanca no tuvo ni tendrá piqueteros, no tiene amplias manifestaciones de movimientos sociales, pero sobre todo, no ha constituido una urdimbre de discursos que enlacen las pocas manifestaciones populares que existen. La distancia entre la cobertura mediática y una multitud dispara la perplejidad de los perros y vecinos. Un juicio contra represores en esta ciudad es la excepción que confirma la regla.

Juicios por delitos de Lesa Humanidad en Bahía Blanca

El pasado martes se iniciaron en Bahía Blanca los juicios a los militares, policías y agentes penitenciaron que actuaron durante la última dictadura cívico-militar en el ámbito del V Cuerpo del Ejército. El juicio incluye a 19 represores, dos de los cuales están ausentes. Julián “Laucha” Corres, quien se profugó en el año 2008 de una comisaría local, no asiste por razones médicas. Una junta médica evaluará su caso el próximo lunes. Miguel Ángel García Moreno se profugó sólo un día antes del inicio del juicio y aún no hay novedades de su paradero.


Foto: http://juiciobahiablanca.wordpress.com/

Los acusados son juzgados por crímenes de lesa humanidad realizados en el marco del V Cuerpo del Ejército. El fiscal de la Procuración General de la Nación, Horacio Azzolín, señaló esta tarde que “hasta ahora el juicio se viene desarrollando con normalidad, estamos en la lectura de los requerimientos de elevación a juicio, es que la parte introductoria al debate.”

Los 19 represores son juzgados por 90 casos de secuestro, torturas y desaparición entre 1976 y 1983. El principal centro clandestino de detención fue la “escuelita”, ubicada en el interior de las instalaciones del ejército, en las afueras de la ciudad de Bahía Blanca.

El tribunal está integrado por los jueces José Mario Triputti (Santa Rosa), Jorge Ferro (Mar del Plata) y Martín Bava (Azul).

El inicio del juicio estuvo acompañado por unas 400 personas que participaron del acto encabezado por los organismos de derechos humanos Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora e H.I.J.O.S., el premio nobel de la paz Pérez Esquivel, el ex–fiscal Hugo Cañón, en representación de la Comisión Provincial por la Memoria, representantes de CTA, la Liga por los Derechos del Hombre y organizaciones políticas.

sábado, 4 de junio de 2011

5 notas sobre #GH2011

1. Veo #GH2011. La relación con los consumos culturales de los sujetos (entre ellos yo) que tienen como ejes de su identidad y sociabilización las facultades de Ciencias Sociales (#fsoc) o Filosofía es, en mi opinión, uno de los puntos más patéticos de esos “ámbitos”. El sentido común de los mediocres de esas facultades se niega a ver, o reconocer ver, este tipo de programas masivos. Profesionales que tienen como objeto de estudio, entre otras manifestaciones sociales, la televisión, sostienen la actitud adolescente del VideoMatch vs. CQC (originalmente escribí CGT, #fail). La basura televisiva, aquello sobre lo que se ha generado consenso respecto de su estatus basuril, es negada como consumo cultural. Hacen falta atenuantes para reconocer “veo GH”. Será que, por más cientistas sociales que seamos, nadie labura analizando algo que no puede disfrutar de alguna manera y la disciplina de las aulas nos ha enseñado a hacerlo con culpa.

Entonces, dado que miro GH 2011 y debería ser algo así como un lector crítico de él, escribo un par de comentarios al respecto acá, algunos bosquejos pasibles de ser profundizados. Limitado entre la falta de ritmo de lectura y el alejamiento del ámbito académico (por un lado) y por la constante exposición a consumos culturales de lo menos estimulantes (por otro), haré lo posible por decir algo mínimamente interesante, #excusas. Sabrán comprender, todo lo que escribo me resultan en algún punto, obviedades.

Inspirado por la buena nota de Mariana Enriquez (Suplemento Soy, Página/12) me lanzo a la caza de algunas cosas que fui pensando mientras miraba el show el último mes y algo.


2. Sexualidad en GH2011. La nota de Mariana Enriquez repasa muy bien el derrotero del tema sexualidad en la casa de Gran Hermano. Sólo algo que agregar, tal vez ya dicho por ella misma de otra manera: creo que, tanto en GH como fuera de él, aquel dispuesto a performar cualquier tipo de discriminación por elección sexual, dada la inscripción en una formación discursiva dentro de la cual los enunciados discriminantes (negativamente) están vedados, choca contra la imposibilidad misma de la discriminación. Cualquier comentario respecto de la sexualidad de una persona debe ser suavizado, edulcorado, atajado, por otro comentario previo.

Muy probablemente la misma Ley de Matrimonio Igualitario sea, no sólo el resultado de la lucha militante de los movimientos que la motorizaron, no sólo el resultado del apoyo del bloque oficialista a dicho proyecto, sino también uno de los tantos fenómenos que emergen en un campo discursivamente fértil para su emergencia. Más claramente: el orden discursivo se ha reorganizado de tal manera en los últimos años que el lugar de la verdad ha pasado a ser ocupado por el respeto a la diversidad sexual. En este marco la Ley se torna posible y ella misma refuerza la estabilidad de lo decible y lo no-decible en la argentina actual. Ya no está tan copado andar diciendo a boca de jarro “putos de mierda” o expresiones por el estilo. Al menos en Capital Federal y las ciudades más grandes. En este marco, la corrección política, el insertarse como sujeto enunciativo en un colectivo social, implica respetar estas nuevas normas mínimas de convivencia. Ser anti-puto es sólo posible en algunos ámbitos como las canchas de futbol, los talleres de autos (estoy prejuzgando pero en fin) y algunos otros donde la definición de la masculinidad no ha sido tocada por la varita del progresismo porteño.


3. Todo reality es una ficción. Tal vez la más profunda de las obviedades que puedo llegar a decir. La oposición entre reality y ficción televisiva responde más a una estrategia de diferenciación, de construcción de un producto nuevo que a un hecho. El punto central de toda ficción es su estructura de relato, sin él tendríamos una secuencia insoportable de palabras y gestos que no llevan a ningún lugar, descripción. El reality estructura un relato a partir de una serie de condiciones distintas a las que supone una ficción televisiva. Esas condiciones son: tener 20 pibes, personajes relativamente ricos en historias personales y/o características de personalidad, diversos entre ellos. No tanto. / meterlos en una casa, de la cual sólo pueden salir renunciando a la motivación monetaria final / grabar todo lo que suceda allí dentro. Una vez obtenido esto se trata de construir relato con cada pequeño detalle que suceda allí dentro, si lo que sucede resulta por demás chato se procederá a patear un poco la pecera (fiestas con alcohol, cartas con habilidades especiales, poner en juego el presupuesto para viveres, limitar el uso del baño, hacer entrar nuevos participantes, etc.).

Lo que el espectador consume en este tipo de shows no difiere mucho de aquello que consume, al menos –o sobre todo- en la Argentina, cuando ve una ficción televisiva tradicional. Hay personajes, hay historias, hay conflictos, idas y venidas, historias de amor, de odio, alianzas, traiciones, aventuras, humor, ridículo, pateticidad y como si todo esto fuera poco, una falta increíble de capacidad intelectual por parte de los personajes, tornando el espectáculo no sólo un entretenimiento sino la vidriera de un local de personajes respecto de los cuales nos podemos sentir superiores, todo casi gratis y en horario central. De todas formas, esto no supone la ausencia de diversidad en los personajes, los hay inteligentes, divertidos, queribles y los hay ganadores (ninguno de los anteriores generalmente). En estos existe la potencialidad de la identificación y por tanto la potencialidad de que ganen el juego.


4. Poder de abstracción, conociendo las estructuras. La semana pasada GH2011 vio peligrar su éxito cuando el famoso Cristian U (@CristianUGH2011) decidió abandonar la casa por propia voluntad. Cristian U, un ex-ludópata con miles de seguidores, fue hasta su salida el único de los personajes que logró leer las estructuras de funcionamiento del juego. Probablemente el único personaje con capacidad de abstracción en la casa, utilizó todas las herramientas existentes dentro del reglamento para avanzar en el juego junto a sus aliados, bajando uno a uno sus enemigos. Muy mal visto dentro de la casa (donde se construyó el sentido común fashuto de que jugar estaba mal) Cristian U fascinó a miles de fanáticos por la sencilla razón de que tornaba entretenido una montonera de niños bien (o proyecto de) que se paseaban por la casa y el confesionario con moralinas varias y una inocencia que en el caso de no serla, tampoco era una buena estrategia. Se produjo en este enfrentamiento EL conflicto de esta historia.

Frente a la salida de Cristian U los enfrentamientos quedaban diluidos y se volvió a lo esperable de una juventud cuasi menemista, que atrasa, negadora del conflicto, la discusión y la toma de posiciones. Un conjunto de personajes que por cuenta propia no lograban leer más allá, pensar la estructura de la cual son parte, conocer el juego, saberse un tipo de jugador, organizar una estrategia, llevarla a cabo sin vacilaciones ni miramientos morales. Puede leerse, en los comentarios, las actitudes, una incapacidad para la anticipación, la planificación, justificada por el voluntarismo de no querer jugar.

La chates a la que el programa se dirigía, salvo milagroso despertar de alguno de los que permanecía dentro de la casa, fue maravillosamente saldada por la producción del programa. No sólo lograron hacer entrar nuevamente a Cristian U, sino que con él mandaron nuevamente adentro a Emiliano (@emilianoGH2011), un puto insoportable que puede aportar al juego; a Gisele (@GiseleGH2011), moralina andante con potencialidad para el juego también; y Rocio (@RocioGH2011), tapa de Playboy la semana pasada. Ya con el diario del Lunes (no sólo los que estaban afuera, sino todos los que están adentro: dado que ahora podrán comentar lo que sucede afuera quienes acaban de reingresar) el juego parece estar en primer plano finalmente. Aquellos que salieron y volvieron a entrar parecen haber comprendido finalmente que esto se trata de un show televisivo, que la morisqueta es más necesaria que la queja y que lo que pase adentro de la casa podrá llevarte a la placa, pero si caes bien entre los espectadores tenes posibilidades. Y quienes no salieron recibirán una dosis de información y una sacudida de parte de quienes entraron que les permitirá comenzar a leer un poco más el funcionamiento del juego, los recovecos del reglamento, asumirse como ratoncito y darle vueltitas a la rueda apuntando a los 400 mil pesos de premio.


5. El poder de la “gente”. Una vez más asistimos al gesto populista de denominación de “la gente” ama y señora de los designios del programa, de los personajes, del país. Ese sujeto colectivo que no existía, que era acumulación de individuos que excepcionalmente se encontraban en La Gala para apoyar a uno u otro personaje ha comenzado a modificarse con la irrupción de las redes sociales. El inexistente colectivo “la gente” se empezó a organizar, comenzó a armar grupos de Facebook, a hablar por Twitter y a producir acciones conjuntas (seguidores de Cristian U se organizaron para votar a uno de los personajes que lo enfrentaba en la placa y así no diluir sus votos entre dos oponentes a Cristian U). Es un poco irse a la mierda señalar esto como el principio de una organización política, pero cabe destacar que asistimos al comienzo de un fenómeno tan raro como “militancia televisiva”. El fan organizado. Ya se han visto este tipo de expresiones en las ficciones de Telefé con Pablo Echarri a la cabeza y la finalización de los ciclos en teatros donde la fanaticada expresa su pasión por el producto televisivo. Pero la incidencia del espectador (más allá del raiting) en GH es más profunda aún y será interesante analizar que voto televisivo y voto político comienzan a relacionarse con el par organización de fans televisivos, organización política. Lo que me molesta un poco es la GarciaCanclinada que me estoy mandando, sin embargo me parece interesante tener como objeto a pensar este fenómeno. Se podría pensar, junto a Canclini, la relación consumo-voto o el voto como consumo, particularmente en un momento de la política nacional donde el resurgimiento de la militancia política parece estar separando el voto del consumo, y acercando a aquel a una experiencia social y política más rica y comprometida.

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